En los últimos años ha venido cobrando cada vez más popularidad el concepto de emprender con propósito, que no es más que tener la convicción de generar un cambio y un impacto en la sociedad inspirando a otras personas a través de las acciones propias.
Y aunque exista un propósito en simplemente crear una solución a un problema y lucrarse con ella, lo cierto es que el tema que nos toca va mucho más allá.
Un emprendedor con propósito es alguien que tiene una visión clara de lo que quiere y de cómo lo va a lograr, y que la conecta con sus valores y misión personal para dejar una huella en el mundo desde su impacto positivo en la sociedad.
Los motivos de los emprendedores
Por su propia naturaleza, los emprendedores son apasionados y creativos a la hora de crear negocios y viven en un mundo que puede ser emocionante y dinámico. Por esta razón, existe una amplia variedad de motivos para comenzar un negocio, según el Global Entrepreneurship Monitor 2021/2022, el proyecto de investigación más grande en el mundo que analiza la dinámica de la actividad emprendedora:
Tener independencia y autonomía
Hacer la diferencia en el mundo
Generar ingresos para ellos mismos, sus familias y su comunidad
Continuar una tradición familiar
Generar ingresos cuando el trabajo es escaso
Aunque todas estas razones son muy comunes, el principal motivo para iniciar un negocio es el deseo de los emprendedores de tener independencia y autonomía. Sin embargo, “hacer la diferencia en el mundo” también es un motivo presente en muchos emprendedores alrededor del planeta. Según el estudio, este motivo no es una preocupación exclusiva de las economías más ricas, ya que en siete de cada 10 economías del nivel C (aquí se encuentran Colombia, República Dominicana, Brasil y Guatemala) más de la mitad de los emprendedores están de acuerdo con “hacer la diferencia en el mundo”, en comparación con cinco de 18 economías del nivel B (se incluyen Uruguay, España, Chile y Panamá) y nueve de 19 economías del nivel A (Estados Unidos y los países desarrollados).
Estos datos demuestran que el rédito económico no es la única o la principal motivación a la hora de emprender y que existe la conciencia de que el mundo necesita más soluciones que tengan coherencia entre la visión del emprendedor y las necesidades más aquejantes del planeta que habitamos.
¿Por qué emprender con propósito?
La respuesta está en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas que señalan la necesidad crítica de transformar los negocios tradicionales para preservar el planeta y asegurar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Y es que la pandemia ha provocado cambios drásticos en todo el mundo, obligando a muchas personas a adoptar formas de vida completamente nuevas que no necesariamente volverán a las condiciones previas a la crisis.
Una cosa está clara: los emprendedores son parte de este panorama que cambia rápidamente, y desde sus visiones y negocios pueden brindar soluciones a los problemas sociales y medioambientales más desafiantes del mundo.
