La idea de decir «sí» a todo parece ser una muestra de generosidad y compromiso. Pero esta actitud puede llevarnos a tener demasiadas responsabilidades y a sentirnos abrumados y estresados. Entonces, la magia está en dejar de decir que sí a todo porque ahí es cuando puedes hacer tu mayor contribución a las cosas que realmente te importan.
Piénsalo un momento: ¿Cuántas veces dices que sí por complacer o evitar problemas? Y es que cuando dices que sí a todo estás cayendo en un círculo vicioso en el que estás ocupado pero no necesariamente eres productivo y empiezas a sentir que no llegas a ninguna parte.
Hacer menos pero hacer mejor
Esto aplica para el trabajo pero también para el ámbito personal: cuando dejas de decir que sí a todo, haces menos pero lo haces mejor; elevas la calidad en lo que haces, inviertes tu energía en actividades adecuadas e inviertes de manera más inteligente tu tiempo. Cuando haces esto no simplemente haces por hacer sino que das tu mayor contribución.
Y es que nos han metido esta idea del multitasking y no debería ser así; de lo que se trata es de vivir con planeación usando nuestra energía para mayores contribuciones y no simplemente para vivir por vivir y llenar horas por llenar.
Hay que ser disciplinados, por supuesto, pero te puedo jurar que es mejor que trabajes tres horas en plenitud que nueve horas sin ser productivo en un sinfín de tareas.
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Cuidar la salud mental y física
Decir «sí» a todo también puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y física. Cuando aceptamos todas las solicitudes de trabajo, eventos sociales y responsabilidades familiares, perdemos el tiempo que necesitamos para cuidarnos a nosotros mismos. Esto nos lleva a sentirnos agotados y sin energía, lo que puede afectar nuestra productividad, concentración y bienestar emocional.
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Además, decir «sí» a todo puede hacernos sentir que nuestra opinión y nuestras necesidades no importan. Nos convertimos en personas que siempre están disponibles, incluso cuando eso significa sacrificar nuestro tiempo libre, nuestra paz mental y nuestras relaciones personales.
Aprender a decir “NO”
Es importante establecer límites y decir «no» cuando sea necesario. Al hacerlo, podemos tomar el control de nuestras vidas y priorizar nuestras necesidades. Esto nos permite estar más presentes y enfocados en lo que es importante para nosotros.
Aprender a decir «no» también significa que podemos ser más selectivos acerca de las oportunidades que aceptamos. Cuando nos tomamos el tiempo para evaluar nuestras opciones, podemos elegir actividades y proyectos que se alineen con nuestros valores y objetivos. Esto nos ayuda a sentirnos más realizados y satisfechos con nuestras elecciones y logros.
En resumen, dejar de decir «sí» a todo es una habilidad valiosa que nos permite cuidar de nosotros mismos y tomar el control de nuestras vidas. Al establecer límites y ser más selectivos acerca de las oportunidades que aceptamos, podemos vivir una vida más satisfactoria y plena.
Mi recomendación final es muy simple: haz una pausa para ver qué cosas realmente importan, dónde puedes hacer tus mayores contribuciones y sobre todo deja de sentir culpa por elegir no decirle que sí a todo y a todos.
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