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Diccionario del emprendedor: ¿Qué es y qué no es una startup?

No hay ninguna duda que para poder ser exitoso en cualquier campo de la vida hay que saber dónde se está parado. Por eso, hoy iniciamos una bitácora del emprendedor con una serie de contenidos que pretenden guiar y orientar a los emprendedores que están pensando en iniciar un negocio de forma independiente pero también a los que ya lo están desarrollando pero aún tienen vacíos en diferentes aspectos. 

Startup, emprendimiento, venture capital, ronda de inversión, exit, unicornio, spin-off, pipeline, playbook… son tan solo algunos de los términos y conceptos usados en el mundo del emprendimiento que hay que tener claro a la hora de desarrollar cualquier negocio. 

¿Qué es una startup?

Una startup es cualquier negocio que aplica una solución innovadora habilitada por tecnología que tiene el potencial de lograr la escalabilidad, según StartupBlink, el centro de investigación y mapa de ecosistemas de startups más completo del mundo.

En ese sentido, es importante hacer la diferencia con un emprendimiento que, aunque se define como la creación de un negocio para generar beneficios al identificar o crear una necesidad en el mercado, no implica que tenga que ser innovador o que su solución se base en tecnología. 

¿Qué es un emprendedor?

Un emprendedor es una persona que tiene la capacidad para descubrir e identificar una oportunidad de negocio y para la que dispone y organiza una serie de recursos (humanos, materiales, digitales, tecnológicos) con el fin de iniciar un proyecto empresarial. Desde esta definición, entonces, nos podemos referir a un emprendedor como aquel que desarrolla una startup pero también un emprendimiento.

Startup y empresa

Aunque técnicamente una startup se considera como una empresa, no cualquier empresa es una startup. Veamos por qué:

Las startups se caracterizan por su crecimiento exponencial y eficiente, a diferencia de las denominadas como pymes o pequeñas y medianas empresas. Y mientras que las empresas en general desarrollan productos o servicios, las primeras lo hacen apuntando a solucionar de forma simple y creativa algún problema o dolor de las personas.

Ahora bien, mientras las compañías tradicionales se basan en modelos de negocio ya conocidos y probados, las startups apuntan a crear nuevos modelos de negocio que les permitan desarrollar productos y servicios innovadores -una de las razones de la alta tasa de mortalidad de este tipo de empresas-.

Las startups también se caracterizan por una mayor agilidad y flexibilidad en la toma de decisiones y la ejecución de los procesos así como frente a los vaivénes del mercado y los gustos de los usuarios.

Por último, encontramos el financiamiento. Mientras que las pymes invierten dinero para entrar al mercado y posteriormente obtener beneficios, las startups entran al mercado para buscar financiamiento -en el denominado como venture capital o capital de riesgo- y se valen de tecnologías digitales para crecer exponencialmente.

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En algún momento de nuestras vidas, todos nos encontramos en una encrucijada, buscando respuestas a las preguntas más profundas sobre nuestro propósito.