Así como en la vida, en los negocios es muy fácil perder la ética. Es algo que toma solo segundos y radica en las decisiones que tomamos todos los días. Por eso, desde que nos estamos formando como emprendedores, debemos cultivar el tipo de empresarios que queremos ser y lograr que eso permee todas nuestras acciones.
Aunque suene a cliché, mantener la ética en las decisiones de negocios es clave para lograr la sostenibilidad de las empresas en el largo plazo. Aquí te comparto, desde mi experiencia, algunas recomendaciones al respecto.
Define qué tipo de persona eres
Lo fundamental es definir qué tipo de persona eres, cuáles son los valores que te van a regir, y qué es negociable y qué no. Esto aplica para todos los ámbitos del negocio. Por ejemplo, si comienzas a convertirte en un emprendedor motivado únicamente por el dinero, vas a pasar por encima del que sea y de lo que sea por conseguirlo.
A mí me costó mucho trabajo definirme, pero en algún momento llegué a la conclusión de que quería ser una empresaria que tuviera paz. Y eso lo tengo muy claro hoy. Sé que el dinero va a venir, pero quería dormir tranquila, no estar paranoica pensando que estaba haciendo las cosas mal, no quería vivir mintiendo y haciendo el mal.
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Crea un código de conducta
Una vez que definas tus valores, puedes crear un código de conducta que establezca las expectativas éticas, tanto para ti como para tu equipo. Tener esta base te va a permitir que los límites que te impongas irradien a todos en tu emprendimiento.
Por ejemplo, mi promesa es que nunca voy a dejar que el dinero me gane sobre una decisión que considero ética o que afecte a alguien. También, que siempre voy a responder por mi equipo y voy a asumir la responsabilidad cuando tenga que hacerlo.
Evalúa las decisiones en tu marco ético
Antes de tomar cualquier decisión, así como evalúas su viabilidad financiera o su impacto en el desarrollo del negocio, también debes pensar si se alinea con tus valores.
Tómate el tiempo necesario para pensar esto porque en mi caso, por ejemplo, no hay nada más importante que irme a la cama sabiendo y sintiendo que hice lo correcto y que nunca me dejé que me ganara el dinero o el poder.
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Fomenta una cultura de ética
Con estos valores consolidados y un marco ético definido, debes comenzar a impulsarlos en todo tu equipo. Por supuesto, esto comienza con el ejemplo, pero también debes buscar estrategias para que las personas que te acompañan en el emprendimiento tengan los mismos compromisos, independientemente de su posición.
El tipo de persona y emprendedor que quieras ser, ya sea que se trate de un jefe tirano o un líder más humano, influirá no solo en el clima laboral, sino también en la forma como tu empresa beneficia a la comunidad en la que se desarrolla.
Definir los aspectos y límites éticos no puede ser lo último de la lista de tu emprendimiento, debes darles la prioridad que se merecen.
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