Emprender es una tarea muy satisfactoria pero también desafiante, requiere compromiso y dedicación, no solo con nuestro proyecto como normalmente lo hemos aprendido, sino también y muy especialmente con nosotros mismos, como creadores y centro de nuestro emprendimiento.
Por eso, es muy importante saber que existen un sinfín de creencias, que muchas veces adoptamos de manera consciente o inconsciente, y que finalmente se arraigan en nuestra manera de Ser y Hacer; limitándonos a nivel personal y afectando cómo lideramos y logramos resultados para nuestros proyectos.
Desde mi experiencia personal, he tenido que desaprender muchas cosas y desmontar muchas creencias para aprender a emprender desde el equilibrio. He tenido que mirarme y sanar las muchas formas en las cuales había aprendido a ser responsable y “buena”, que finalmente me llevaban a sentirme cargada y agotada.
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Sé que identificar estas creencias en nosotros es el primer paso para trabajar en ellas y liberarnos. Por eso, aquí te comparto algunos de estos patrones y creencias que necesitamos desmontar para poder emprender con equilibrio:
“Debo trabajar 24/7 y siempre estar disponible para los demás”
Al emprender es habitual sentir que para tener éxito debes estar ocupado todo el tiempo y renunciar a espacios para ti mismo en el proceso. Esta creencia puede llevarte a normalizar el tener sobrecarga de trabajo y agotamiento permanente. A pesar de que es algo que presentamos muchos emprendedores, sucede de manera especial en las mujeres debido a que culturalmente nos han enseñado a ser -la salvadora-, y así, aprendemos el rol de dar todo por los demás, dejándonos a nosotras mismas de último lugar.
Para combatir esta creencia, es importante entender que tú eres el centro de tu emprendimiento, así que necesitas nutrirte permanentemente para lograr tus mejores resultados. Te invito a establecer y cumplir horarios y límites claros para el trabajo, de manera que puedas reservar y respetar el tener tiempo para tu vida personal, familiar y social, y para cuidarte y descansar. Dándoles la misma importancia que cualquier otro compromiso en tu calendario.
“No me puedo equivocar ni admitir que no sé, ni pedir ayuda”
La idea de que el emprendedor debe saberlo todo puede ser abrumadora e incluso imposible de cumplir. Es importante reconocer que todos somos humanos y que cometer errores es parte del aprendizaje. Además, pedir ayuda y asesoramiento de expertos y mentores es una estrategia muy efectiva para superar obstáculos y tomar decisiones más informadas.
Personalmente, me considero una eterna aprendiz y permanentemente invierto en mi proceso a través de mentoría y acompañamiento, para fortalecerme primero a mí, y desde allí, nutrir y potenciar mis proyectos.
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“Debo hacer que todo quede perfecto y yo también debo estar siempre perfecto”
La perfección no es una meta realista. Es una creencia que limita nuestra capacidad de ser creativos, y puede generarnos ansiedad y frustración. En lugar de buscar la perfección, es importante enfocarnos en el proceso mismo del emprendimiento, en mejorar continuamente y buscar nuevas formas de dar valor a nuestros clientes y al entorno social y ambiental. Así como en vivir nuestro propio proceso personal, en cuidar nuestra salud mental y física para garantizar un mejor desempeño, entendiendo que el exterior es un reflejo de nuestro interior.
“Todo lo debo hacer yo porque nadie más lo hace como yo”
Cuando iniciamos nuestro emprendimiento muchas veces sentimos que todo nos “toca» a nosotros los fundadores, que somos “Soyla”: soy la que hace los pagos, soy la que trae el café… soy la que hace todo. Y a medida que vamos creciendo, nos cuesta delegar y soltar el control al pensar que somos los únicos que podemos hacer las cosas bien por nuestros proyectos. Finalmente, al hacerlo de esta manera, vamos a terminar sintiendo que no podemos con todo, y predominará una sensación de falta de apoyo.
En este caso, es importante construir equipo, empoderar a nuestros colaboradores en sus roles para que puedan asumir responsabilidades y romper nuestro miedo a delegar tareas; con ello, generamos un ambiente de confianza y podremos enfocarnos en las actividades más importantes para el crecimiento del negocio y su impacto.
“El camino del emprendimiento es largo y solitario”
Emprender puede ser un camino desafiante, pero no tiene por qué ser solitario. Es importante que busquemos apoyo en nuestra familia y amigos, y guía y acompañamiento por parte de mentores.
Asimismo, considero que necesitamos cambiar el paradigma del exceso de competencia y jerarquía, para que en lugar de ello, construyamos redes y alianzas donde podamos apoyarnos entre emprendedores y juntos buscar la forma de crear más valor e impacto desde nuestros modelos de negocio. Participar en eventos de networking y formar parte de comunidades de emprendedores puede ser muy beneficioso para establecer contactos y aprender de las experiencias de otros.
Por eso, desde mi propósito, decidí crear Comunidad y Academia Musas®, un espacio de contención, apoyo, inspiración y aprendizaje entre mujeres líderes, empresarias y emprendedoras, en el cual, a través de mi Programa Musa Emprende y mis Retiros, las acompaño a transformarse y empoderarse para crear nuevas vidas y proyectos en equilibrio, coherencia y con impacto sostenible.
Lo que te puedo decir es que, cuando desmonté estas creencias y comencé a emprender desde mi nuevo lugar equilibrado, ¡empecé a generar mucho más impacto! No tuve que sacrificar mi tan anhelado “éxito”. Pude enfocarme más estratégicamente en lo que importa, sentirme más creativa e innovadora, y sentir cómo mi salud cada día se pone más resiliente, en vez de menos.
Emprender es una tarea desafiante, pero definitivamente también muy gratificante y enriquecedora a nivel personal, y con gran impacto positivo para transformar al mundo desde nuestro modelo de negocio.
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