loader image
  • Cargando información de la bolsa…

4 cosas que debes saber apreciar para crear tu propio negocio

4 cosas que debes saber apreciar para crear tu propio negocio

Una de las cosas que me caracterizan como persona y empresaria es que siempre trato de consumir contenidos que me den nuevas herramientas y perspectivas de cómo hacer las cosas pero que también me den inspiración. Más allá de agotar libros académicos sobre administrar empresas o hacer un MBA, existen libros que te pueden enseñar e inspirar para crear tu propio negocio.

Es el caso de El sutil arte de que te importe un carajo, en el que el escritor y empresario estadounidense Mark Manson nos presenta “un enfoque disruptivo para vivir una buena vida”. Es un libro que recomiendo leer porque te ayudará a ver la vida, los fracasos y la idea de la felicidad desde una perspectiva muy enriquecedora.

Te puede interesar: Las 10 características de un emprendedor exitoso

De allí extraje esta frase que me inspiró a escribir este post y que resume muy bien de lo que se trata crear un negocio:

“La gente quiere iniciar su propio negocio; pero no serás un exitoso empresario a menos que encuentres un modo de apreciar el riesgo, la incertidumbre, los repetidos fracasos y las miles de horas dedicadas a algo que podría no hacerte ganar un centavo”.

El riesgo

El riesgo es quizás el aspecto más presente y seguro a la hora de emprender y hacer empresa. Cada vez que se piensa en ejecutar una idea, crear una nueva característica de un producto o un nuevo servicio, contratar talento, buscar un inversionista o implementar una tecnología, existe un riesgo de que funcione o no. Y así sucede cada día. Por lo que si no sabes apreciar el riesgo, quizás no estés preparado para crear un negocio.

La incertidumbre

En línea con el riesgo, la incertidumbre consiste básicamente en no saber si ese negocio que estás creando llegará a buen puerto o no, y eso es algo que solo sabrás cuando efectivamente hayas alcanzado el éxito (o el fracaso).

En ese sentido, debes saber apreciar y sentirte cómodo en el escenario de la incertidumbre -en el que se mueven los emprendedores- por cuanto este dejará de existir solo hasta que dejes de emprender.

Piénsalo de esta forma: incluso si creas un negocio y alcanzas el estatus de unicornio -una startup valorada en USD 1.000 millones o más-, a continuación tendrás la incertidumbre de si ese negocio logrará mantenerse en la cima o no.

Los fracasos

En América Latina estamos acostumbrados a ver el fracaso como un tabú y como si no fuera parte esencial de hacer empresa. Si entendemos que el riesgo y la incertidumbre son inherentes en esta aventura, hay que entender que el fracaso también.

Es más, el fracaso es casi que algo necesario, pues es lo que nos puede dar las mejores lecciones y lo que hace falta para alcanzar el éxito. Y no solo se trata de aprender de nuestros propios fracasos, sino también de los de otros, de aquellos que supieron apreciarlos y alcanzaron el éxito. 

Mi recomendación es que estés abierto al fracaso y, si sucede, que sepas aprovecharlo.

El tiempo invertido

¿Cómo decirle a un emprendedor que existe un alto riesgo de que el tiempo invertido desarrollando una idea de negocio podría terminar en nada? Bueno, en realidad nada no porque si fracasas podrás aprender muchas cosas. Pero el punto está en que debes ser consciente de este aspecto si quieres crear tu propio negocio.

Y este es un punto fundamental por cuanto se trata de uno de los recursos más valiosos del emprendedor, que además le otorgan una ventaja frente a las grandes compañías, por ejemplo, a la hora de tomar decisiones más ágiles.

Cada cosa que hagas por tu negocio requerirá un tiempo y aunque las fichas no terminen por encajar para consolidar una empresa, habrás adquirido experiencia que te servirá en una próxima aventura empresarial.

En moviendonegocios.com puedes encontrar más contenidos de valor para tu negocio como Mitos del emprendimiento: la trampa de ser tu propio jefe.

Noticias Relacionadas:

En algún momento de nuestras vidas, todos nos encontramos en una encrucijada, buscando respuestas a las preguntas más profundas sobre nuestro propósito.